París era una fiesta (Ernest Hemingway)-Trabalibros
París era una fiesta
Ficha técnica:
Editorial: Lumen
ISBN: 9788426421296
Número de páginas: 280
Género: Narrativa
Valoración:
"Este libro contiene material de las remises o depósitos de mi memoria y mi corazón. Aunque la una se haya visto alterada y el otro no exista".

John Ashbery decía que después de vivir en París uno queda incapacitado para vivir en otro sitio, incluido París. Y es que existen lugares que a lo largo del tiempo han adquirido una poderosa singularidad que va más allá de la mera geografía, el clima o la demografía. Se ha constituido alrededor de ellos un entorno conceptual que acaba afectando más a la vida de las personas que el entorno físico o incluso el político-económico. De estos lugares se recuerda, más que su aspecto concreto, el ambiente y las vivencias allí experimentadas, y tienen la virtud de ponernos en situaciones de enorme riqueza vital que potencian y aceleran nuestro crecimiento personal a todos los niveles. Habita en ellos un dios, un "genius loci" capaz de generar grandes dosis de entusiasmo, una hermosa palabra que, recordemos, deriva de "entheos" -literalmente "un dios interior". Existe pues, como decía el psicólogo ruso A. R. Luria, una relación muy estrecha entre lugar y mente. Nuestra individualidad acaba siendo moldeada en gran parte por las particularidades de los lugares en los que vivimos intensamente, lugares de promisión a los que siempre acabamos volviendo, al menos mentalmente.

Para toda una generación de escritores americanos el París de los años 20 fue uno de esos lugares. La orilla izquierda del Sena se convirtió en la ansiada meta de un grupo de jóvenes literatos de gran talento que llegaron allí "en busca de libertad de expresión, aventuras intelectuales y pensiones baratas". Gertrude Stein, la primera escritora americana expatriada en Francia donde residía desde 1903, bautizó a este grupo como "la generación perdida" y desde el número 27 de la Rue de Fleurus impartió su magisterio sobre todos ellos. Por aquel tiempo, en palabras de John Brown, Montparnasse se convirtió en la capital literaria de los Estados Unidos. En 1921, recién casado con Hadley Richardson, Hemingway viaja a París con una carta de recomendación bajo en brazo de Sherwood Anderson y se presenta ante Miss Stein con la firme intención de convertirse en escritor. Ésta lo apadrinará e impulsará su carrera, presentándole a grandes escritores que resultarán fundamentales para él: Ezra Pound, Ford Madox Ford, Scott Fitzgerald, Evan Shipman, Wyndham Lewis... Fueron años muy fructíferos para Hemingway, tanto en lo personal como en lo literario. El escritor, su mujer y un hijo de ambos fueron "muy pobres y muy felices" en una ciudad muy vieja "en la que nada era sencillo, ni siquiera ser pobre".

Durante cinco intensos años de aprendizaje literario Hemingway encontró en París una alegría verdadera, una libertad total y una plenitud interior que ya nunca volvió a tener. En París adquirió disciplina de escritor y cada día trabajaba hasta que el texto tomaba forma y no lo dejaba mientras no tuviera claro cómo seguir al día siguiente. Aunque eso sí, se adiestró en no secar nunca el pozo creativo, dejando siempre algo en el fondo del mismo para que por la noche "lo volvieran a llenar las fuentes que lo nutrían". Aprendió a escribir "frases verídicas", productoras de un tono general verdadero, desechando el consejo de Miss Stein de no escribir nada que no fuera "accrochable". Como excelente cuentísta, pronto descubrió que en un texto "la parte omitida comunica más fuerza al relato y le da al lector la sensación de que hay más de lo que se ha dicho". Ezra Pound le contagió su pasión por el "mot juste" y su desconfianza por los adjetivos. Entendió rápidamente también que al escribir historias reales en primera persona podía construir algo que el lector convirtiera en parte de su existencia y en parte de su memoria. Y leyó, leyó muchísimo, sobre todo gracias a la generosidad de Silvia Beach, la propietaria de la mítica librería Shakespeare & Co.

Todo cambió a partir de 1926, año de la publicación de "Fiesta". Hemingway se convirtió en una figura pública, en un prestigioso escritor, casi en un mito viviente. Comienza entonces su nueva etapa como aventurero y hombre de acción, cambia su estilo de vida, cambia de mujer y abandona París. Será casi al final de su vida cuando rememora por escrito en "París era una fiesta" aquellos portentosos años en la capital francesa en los que fue joven, pobre, feliz e invulnerable. En este "libro-testamento tan autobiográfico como de ficción, tan entremezclado como la vida de deseo y remembranza", verá Mario Vargas Llosa no solo una evocación nostálgica de los mejores años de Hemingway, sino también "una invocación mágica", un intento al menos inconsciente de recuperar parte de la fuerza creativa y la lucidez de aquellos momentos, un intento en definitiva de poder volver para volver a poder.

De alguna manera, para Hemingway París no acabó nunca. Lo que allí vivió, experimentó y aprendió siempre estuvo presente tanto en su vida como en su obra. Alguno de sus personajes literarios son el reflejo de su vida en París y viven circunstancias similares a las suyas mientras estuvo en Francia. Como el propio Hemingway dice, "si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompaña donde vayas, todo el resto de tu vida, ya que París es una fiesta que nos sigue".
Enviado por: J. Escribano Llibrer
Curiosidades:
- En la película "Medianoche en París" ("Midnight in Paris") de Woody Allen rodada en 2011 y protagonizada por Owen Wilson, Marion Cotillard, Rachel McAdams, Corey Stoll, Kurt Fuller, Mimi Kennedy y Michael Sheen este director de cine homenajea el libro de Hemingway "París era una fiesta".

- En una de nuestras tertulias literarias radiofónicas hablamos sobre "París era una fiesta", puedes escuchar el audio desde aquí.
 
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