“Cuando por fin llegaron a la parte superior de la nave, Brais apenas podía moverse, miraba a todas partes y tenía la sensación de que iba a salir volando. Estaban sumergidos en una gran oscuridad en la que destacaban pequeñas luces. Lima lo cogió de la mano y lo guió hasta la parte delantera, frente a ellos se encontraba un enorme planeta azul”
El joven
Brais tuvo una infancia dura, con tan solo trece años tuvo que asumir la desaparición de gran parte de su familia. Ahora está asentado en la rutina del instituto, casi contando los días para que termine ese ciclo y comenzar otro nuevo. Pero lo que no se espera es que de pronto, su abuelo paterno, apartado en una casa de las afueras de la ciudad, se decida a relatarle la historia de sus antepasados.
A partir de ese momento Brais empezará a sufrir un torbellino de emociones, en los que no sabe si creer que su abuelo está loco, o por el contrario, aceptar que todas las señales que le llegan parecen indicar que sus historias son ciertas, es decir, que por sus venas corre sangre extraterrestre. Mientras intenta asumir esta descabellada idea aparecerá en su vida
Lima, una joven capaz de arrastrarlo a su mundo y casi de manera fortuita, este adolescente se encontrará de repente cruzando el espacio hacia otros mundos.
Al principio todo es desconcierto y asombro, pero no tardará en descubrir que en su nuevo planeta, conocido como
Ram, no es tan bienvenido como creía, dado que existe un grupo de despreciables personajes, que se hacen llamar
Enterradores, y que no aceptan la llegada de personas ajenas a su planeta por considerarlos inferiores. Desde un primer momento intentarán hacerle la vida imposible a Brais y a los que le rodean. Pero no son los únicos enemigos que se encontrará en su viaje, un multimillonario llamado
Josepe Gadiani se meterá en su vida aprovechándose de sus puntos débiles y así conseguir salirse con la suya.
Se producirá entonces un ir y venir entre los dos planetas y en los que muchos personajes se verán implicados en la historia, algunos de ellos para dar un toque de humor a la historia, otros para dar que pensar sobre determinados comportamientos de la sociedad.