Las nieves del tiempo

Elías Borgovo es un escritor fracasado, con una relación amorosa que parece llevar el mismo derrotero. Una extraña invitación para reemplazar a un conferencista en un pueblo patagónico llamado Las Nieves cambia la rutina de su vida. Al llegar, es recibido con las atenciones correspondientes a una celebridad, todo parece marchar estupendamente hasta que una joven se cruza en su camino. Obsesionado con ella, comienza alterar su comportamiento hasta que la relación se trunca con la muerte de la muchacha. A partir de allí, la pesquisa, la locura, la necesidad de encontrar al culpable lo envuelve en una bruma de la que sólo él puede salir.

Esta historia es tan particular que su protagonista podría haberla vivido como soñado, si no fuera porque el final lo redime y su pelo se torna blanco como la nieve. El asesinato se me hace un pretexto para construir ese pueblo que de algún modo lo atrapa. Su atmósfera, la imagen de una joven que ya no existe pero con la que se encuentra “más allá de las montañas” son como hipnotizadores de su personalidad confusa y alterada por las vivencias.

La obra está cargada de símbolos bíblicos relacionados con Moisés y la desmesura de su pueblo al ver que no desciende del Sinaí, con el nombre de las calles secundarias de Las Nieves, con el espíritu orgiástico escondido detrás de las montañas y con la cabellera encanecida del escritor al regresar a Buenos Aires. Las nieves del tiempo cubrieron más allá de sus sienes.

Frente a esta atmósfera extraña, onírica, borgiana, Bilmajer construye diálogos fuertemente comprometidos con nuestro hablar citadino, palabras cargadas de ironías, de vulgaridad en boca de esos habitantes que, por otra parte, parecen muy complacidos de vivir bajo un orden preestablecido.

"Las nieves del tiempo" me parece una novela ingeniosa, original a tal punto que ha cedido rasgos definitorios de su género (suspenso, misterio y tensión), a otros no tan propios del noir como son la alegoría y una realidad entretejida entre el sueño y la vigilia.