Cuando en una sociedad son los nonagenarios los que incitan a la indignación, a la resistencia y a la insurrección, los que son portadores de la esperanza, los que combaten contra las injusticias, los que previenen contra el proceso general de cretinización de las masas por los medios de comunicación, los encargados de despertar a una juventud narcotizada por el desánimo y paralizada por la desesperanza, es que algo va mal - como diría Tony Judt.
Pero claro, en descargo de la juventud diré que Stéphane Hessel no es un nonagenario cualquiera. Este miembro de la resistencia francesa trabajó en la oficina de contraespionaje de la Francia Libre del general De Gaulle. Capturado por las SS alemanas, eludió la horca y escapó hasta de tres campos de concentración (Buchenwald, Rottleberode y Dora), finalmente después de la guerra ingresó en el Ministerio de Asuntos Exteriores francés y en 1948 se incorporó a la Comisión encargada de elaborar la Declaración Universal de los Derechos Humanos y posteriormente fue embajador ante las Naciones Unidas en Ginebra. Durante la guerra de Argelia militó en favor de la independencia argelina y no escondió nunca sus simpatías por el pueblo palestino, como él dice "siempre me he situado al lado de los disidentes".
Este super-abuelo habla muy claro. Dos cosas le preocupan sobremanera: el aumento constante de la distancia entre los ricos y los pobres y la violación sistemática de los derechos humanos universales. Frente a esto propone "la facultad de indignación y el compromiso que la sigue". Ante la indiferencia culpable y a veces hasta criminal de la sociedad es partidario de una insurrección pacífica que promueva la mutua comprensión y la atenta paciencia en un marco siempre de esperanza. La violencia, además de reprochable moralmente, es ineficaz. Sus referentes serían Gandhi, Luther King, Mandela o Thoureau.
En definitiva Hessel en su panfleto "¡Indignáos!" incita a combatir todo aquello que "no propone otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos". Su alegato termina con estas palabras que bien podríamos adoptar como consigna: "Crear es resistir, resistir es crear".
Curiosidades: - El 17 de mayo de 2009 Stéphane Hessel pronunció un discurso improvisado en la explanada de Glières con ocasión de la reunión anual de Palabras de Resistencia, en el que dijo: "¡Encontrad vuestros propios motivos de indignación, uníos a esta gran corriente de la historia!". Este discurso fue el punto de partida de "¡Indignáos!", este pequeño pero ya influyente texto.