"Se llamaba Moisés Abravanel y, a menos que lograra llegar al embarcadero antes de que sus perseguidores le dieran alcance, moriría. Por eso avanzaba a la carrera a través del sendero, entre árboles y arbustos, con el corazón palpitando alocadamente en su pecho".
Así, con este ritmo, comienza "
La fraternidad de Eihwaz", obra de literatura juvenil de
César Mallorquí. Moisés Abravanel es un anciano doctor en Historia del Arte y Arqueología que lleva a cabo una investigación en Orballo de San Buenaventura, una población de la Costa de la Muerte, en Galicia. No hay duda de que sus pesquisas han molestado a alguien con poder…
Al poco, aparece en el pueblo
Dante Oberon, un hombre relacionado con Moisés, y se instala en su casa. También llega a Orballo a pasar el verano Óscar, un joven de dieciséis años. Su padre es de allí y aunque hacía ya un tiempo que no iba, no le cuesta juntarse con Cris, un antiguo amigo. Asimismo, se reencuentra con Abril, quien también ha dejado atrás la niñez, y surge entre ellos una relación especial. Ambos, por una casualidad, conocen a Dante, y se internan en una aventura más peligrosa de lo que podrían presuponer, y que tiene mucho que ver con la isla de Xas, situada frente al pueblo y sobre la que pesan oscuras supersticiones.
Intercalada con esta historia actual vamos leyendo otra: la de una patrulla romana a las órdenes del centurión Marco Plauto Longino. Partieron en una misión y se encuentran cada vez más desconcertados, ya que no consiguen orientarse y tanto los lugares por los que pasan como las personas con quienes se cruzan les resultan cada vez más extraños. Por disparatado que pueda parecer, las dos tramas tienen algo en común y terminan por cruzarse.
De la mano de Óscar viviremos la esencia de un verano adolescente en el pueblo: libertad, amistad, fiesta, hormonas en ebullición… Pero, sobre todo, nos sumergiremos en una aventura en la que se mezclan acción, intriga, peligro y determinación. También encontramos altas dosis de fantasía, en las que la línea temporal se desdibuja y da lugar a singulares escenas. Es una historia de ficción, no obstante, hay momentos basados en hechos reales; sobre ello nos escribe
César Mallorquí en las notas del final del libro.
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La fraternidad de Eihwaz" es una novela entretenida, con varios elementos apropiados para atraer a los jóvenes. Aunque supera las trescientas páginas, resulta una lectura ágil por la prosa sencilla, los capítulos cortos y la capacidad del autor de crear tensión. Aunque ya han pasado unos cuantos años desde su publicación —más de veinte— continúa siendo lectura obligada en algunos institutos.