El hobbit

"En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad".

Bilbo Bolsón era un hobbit acomodado y respetable, de los que nunca solían vivir aventuras ni hacer nada inesperado. Bilbo, como el resto de los hobbits, vivía en Hobbiton, un lugar acogedor que existía en la Tierra Media. Era tranquilo y hogareño y llevaba un tipo de vida que le satisfacía, totalmente previsible, sin altibajos, sorpresas ni disgustos... al menos hasta ese momento.

Hemos dicho que Bilbo era un hobbit. Es necesario aclarar esto: un hobbit no es un enano ni un elfo. La Gente Grande como nosotros solemos confundirlos a menudo. Los hobbit son seres pequeños, más o menos de la mitad de nuestro tamaño, sin barba, de pelo castaño y rizado. Suelen tener el vientre hinchado y vestir de colores llamativos, les gusta especialmente el verde y el amarillo. Su rostro es afable y cuando ríen, que es a menudo, lo hacen de forma franca y abierta. No necesitan zapatos, sus pies están dotados de protección natural en su planta y por encima están cubiertos de una capa espesa de pelo. A pesar de lo que pueda parecer no tienen el don de la magia, aunque sí gozan de una habilidad especial para escabullirse y desaparecer cuando lo consideran oportuno.

Bilbo Bolsón rondaba ya los cincuenta años de edad cuando una mañana, después de desayunar, el mago Gandalf se presentó delante de él para decirle: "Busco a alguien con quien compartir una aventura que estoy planeando, y es difícil dar con él". 

Nuestro pobre hobbit, que tenía la intención de mantener su tranquilidad y bienestar, intentó sin éxito rechazar la propuesta del mago. Al día siguiente, sin que hubiera podido evitarlo, se encontró invitando a tomar el té a trece enanos que fueron llamando, uno a uno, a su puerta. Estos pequeños seres, que fueron enviados a casa de Bilbo por el mago Gandalf el Gris, formaban un miniejército liderado por el enano Thorin Escudo de Roble y pretendían que el hobbit les ayudara a recuperar un tesoro que guarda Smaug el Dorado, un dragón terrible que tiene su guarida en la Montaña Solitaria.

Así fue como Bilbo dejó atrás su apacible vida y empezaron sus andanzas por la Tierra Media. La singular tropa compuesta por un mago, trece enanos y un hobbit tuvo que enfrentarse a trolls y a elfos, a trasgos y a huargos, descifrar el significado de runas lunares y ser más inteligente que Gollum. En sus múltiples aventuras tuvieron que desplegar todas sus habilidades y no les vino nada mal la ayuda de un misterioso anillo, que da al que lo posee el poder de la invisibilidad...