Inés atravesaba un momento clave. Tras su divorcio, sentía que no había experimentado en plenitud uno de los aspectos más importantes de la vida y que no debía descuidarlo, ni renunciar a él. Tal vez por eso hace tres años, durante sus vacaciones de verano, entre las distintas opciones que disponía escogió la de asistir a un curso de verano que lucía un título revelador: "
El amor que es vida".
El curso se impartía en un lugar plácido y bellísimo que invitaba a la reflexión: el Palacio de Miramar en San Sebastián, a orillas del Mar Cantábrico. El profesor era un reputado psicólogo llamado
Bernabé Tierno y había adquirido la difícil responsabilidad de orientar sobre el amor a un nutrido grupo compuesto por doscientos alumnos. Muchos de ellos eran estudiantes de psicología o colegas de profesión deseosos de contrastar datos y compartir teorías; Inés, sin embargo, asistió al curso movida por la curiosidad que sentía como periodista, pero también para buscar explicación a su experiencia personal fallida por no haber sido capaz de disfrutar del auténtico amor.
La primera vez que Inés cruzó la puerta del aula no podía ni siquiera sospechar el modo en que ese curso de verano iba a influir sobre su vida. Los apuntes que tomó, por otra parte, le han servido de material de trabajo a
Bernabé Tierno para elaborar "
El amor que es vida", un libro que contiene "todas las claves de vivir para amar y amar para vivir". Su autor sabe que "el amor es la potencia y riqueza más extraordinaria con que contamos los seres humanos" y pretende que su lectura ilumine al lector y lo reconduzca hacia la auténtica senda del amor, poniéndolo en la pista que lleva al "amor sólido", desenmascarando a los enemigos que habitualmente acompañan al amor y empañan y dificultan su visión. Porque no cabe duda de que el amor es el motor de la vida y, por tanto, una sociedad o un individuo que no sea capaz de crear las condiciones para el "amor sólido" va a ir siempre a la deriva.
"El
amor no es sólo un sentimiento, es también un arte", decía Balzac. También lo pensaba
Erich Fromm y así lo plasmó en "
El arte de amar". En esa línea se encuentra "
El amor que es vida" de Bernabé Tierno, que ofrece un enfoque práctico y contemporáneo de esta teoría. Los cinco pilares base que debe tener toda relación de pareja sana, la relación exhaustiva de los principales enemigos del amor, los distintos tipos de amor que existen (amor en familia, el amor a la naturaleza y a los animales, el amor de generosidad y entrega...), los ejemplos concretos de personas que supieron encontrar en el amor el motor incombustible que todo lo supera y la ficha-guía para resolver los problemas familiares y de pareja son ejemplos de la vocación de ayuda que presenta el libro. Y para terminar, las cien reflexiones prácticas sobre el amor invitan a pensar y ayudan a crear en nosotros la imagen correcta del amor sincero, auténtico, sin fisuras.
"No concibo una vida en plenitud si no es viviendo para amar y amando para vivir. No conozco una razón más poderosa para vivir que el amor". El sentido de la vida reside en "vivir para amar y amar para vivir", si rechazamos este mandamiento estaremos poniéndoselo cada vez más difícil a la felicidad. Pero, a la luz de los hechos, poner esto en práctica no debe ser fácil y muchas personas parecen ir dando tumbos a lo largo de su existencia desorientadas, sin llegar a lograrlo nunca. Por suerte esto tiene remedio porque, tal y como afirma
Bernabé Tierno, "el amor es una asignatura" y como tal se puede aprender. Para dominarla es necesario comprenderla, asimilarla y practicarla.