Título bastante descriptivo sobre el libro. ¿Qué corredor no se concentra en sus pensamientos cuando va corriendo en soledad o perdido en su sufrimiento físico?
Esas cosas que se nos pasan por la cabeza mientras corremos es lo que nos muestra Haruki Murakami en esta obra. Con una lectura amena y sencilla, adaptada a todos los públicos teniendo en cuenta algunas variaciones en la traducción, nos adentra en una autobiografía, en la cual nos muestra su idea de la vida de un corredor de maratones veterano, que traslada sus inquietudes como escritor al duro asfalto de una maratón y viceversa.
Cuando comienzas a leer el libro te das cuenta que el autor quiere imprimir un toque de humor, a la vez que intenta acercarse al lector como si estuviera cara a cara contigo tomando un café. Desde tener un club de jazz con sus correspondientes obligaciones, a acabar siendo un escritor de éxito tanto en su país como a nivel internacional, transcurren historias llenas de realismo y profundidad.
"La mayoría de los métodos que conozco para escribir novelas, los he aprendido corriendo cada mañana". Con frases como esta, el autor conecta con el lector haciéndolo partícipe de sus pensamientos y en alguna de estas narraciones de entrenamientos en soledad o con acompañantes silenciosos, obliga al lector a hacer un ejericio de empatía. ¿Qué corredor cuando está entrenando deja la mente en blanco y se fija sólo en el suelo que pisa? Nos abre las puertas a sus pensamientos y a sensaciones idénticas a los que corremos como él, que afortunadamente cada vez somos más.
Su bautismo en la maratón, fue en el recorrido que da nombre a esta carrera: Atenas-Maratón. Un recorrido de 42.195 metros (que dicho así cansa aún más), 42 kilómetros y 195 metros de sensaciones diversas, desde calor sofocante, pasando por pensamientos de retirada, hasta euforia, alegría y sentirse en la cima del mundo. El tiempo en el que lo consigue (casi 4 horas), para Murakami, es secundario. Ha superado un reto en su vida, no sólo ha recorrido una distancia; va mucho más allá.
A partir de ese momento Murakami basa su vida en una actitud reflexiva, y sus actividades (escribir y correr), se convierten en su modo vital de existencia.
Pasando por diferentes países y latitudes, Murakami nos enseña que aún habiendo comenzado a una edad avanzada a realizar maratones, disfruta de cada momento, cada minuto de carrera o entrenamiento.
Cuando adquiere el físico y sobre todo la moral necesaria, comienza a participar en ultramaratones de 100 kilómetros como por ejemplo en el lago Saroma. Ni más ni menos que 100 kilómetros en unas 12 horas; 12 horas corriendo dan luz al carácter insistente del autor y ésto trasladado a sus obras, refleja un ansia de mejora en cada libro que publica.
Un libro totalmente recomendado para lectores que empaticen con el autor, y para los que desconozcan este mundo de las maratones. Anécdotas llenas de humor y momentos de filosofía vital, llamará sin duda, la curiosidad de cualquier lector.