«Ahora que las noches sin tu luz me han enseñado
que toda felicidad deja algún damnificado»
Ismael Serrano
En noviembre de 2022
Eloy Moreno publicó su de momento última novela: "
Cuando era divertido". «Esta es una historia incómoda», avisa en la contracubierta, algo que ya podíamos esperar tanto por el título como por el estilo del autor.
En esta ocasión nos presenta la realidad de muchas parejas adultas, a través de una en concreto. Un
matrimonio al que el tiempo y la rutina ha desgastado y la consecuencia ha sido el amoldamiento a «lo que hay» de una de las partes, y el ansia de sentir de verdad de la otra. «Si no están bien, que se separen», sentenciarían algunos. Bien, la realidad no acostumbra a ser tan fácil, y una
separación conlleva un duro proceso antes, durante y después —me refiero a la parte emocional y obvio los asuntos materiales, porque el libro también lo hace—.
Ese proceso ya comienza con un paso difícil: aceptar que ya no quieres estar con esa persona. Pero también es difícil aceptar que tu vida ya no siga siendo igual, que puedas perder esa rutina aniquiladora del entusiasmo pero cómoda, para qué negarlo. Una vez en este punto hay varias opciones que vemos según avanza el libro: la de nuestros protagonistas y también otras en su entorno.
No parece a priori que podamos leer algo nuevo sobre el
desamor. Y, en realidad,
Eloy Moreno no cuenta nada nuevo, aunque sí de otra manera. Con su estilo: capítulos cortos, frases cortas y directas, se mete en situaciones complicadas con tal detalle que parece que estemos viéndolo desde otro ángulo; incluso desde el nuestro personal. Si para él fue incómodo escribir esta historia, también puede ser incómodo leerla; no por la prosa, que es entendible a la perfección, sino por lo que quizás haga sentir.
Avisa también el autor de que esta novela no es adecuada para todas las edades ni para todos los lectores. Estoy de acuerdo a medias. No es una lectura para niños, como otras de sus obras; no obstante, sí diría que los jóvenes a partir de catorce o quince años ya podrían leerla. Sí, aunque no hayan tenido ninguna relación romántica; porque, al fin y al cabo, esta es una de esas obras que ayuda a entender la vida y las relaciones y se centra en las experiencias de los protagonistas, sin tener en cuenta más que los sentimientos como personas ni incluir elementos clasificadores (por ejemplo, el género de los protagonistas).
«—Yo es que pensaba que todo iba bien… —dice mientras aprieta con fuerza la taza.
»—¿Bien? ¿Cuánto tiempo hace que no viajamos? ¿Cuánto tiempo que no nos llamamos al trabajo para decirnos un te quiero? ¿Desde cuándo no recibes un mensaje bonito mío, cuándo fuel el último que me enviaste tú a mí? ¿Cuánto tiempo hace que no nos sorprendemos el uno al otro? ¿Cuándo fue la última vez que nos reímos juntos?».
¿Has sonreído o fruncido el ceño al leer ese fragmento de una conversación? Y aquí lo dejo.