"El cielo aquí es muy extraño. A veces, cuando lo miro, tengo la sensación de que es algo sólido, allá arriba, que nos protege de lo que hay detrás".
Porter Moresby no se considera un turista.
Port es un viajero, una de esas personas que "se desplazan con lentitud durante años de un punto a otro de la tierra". El estado de tránsito le permitía ver las cosas con mayor claridad y mitigar un poco la infinita tristeza que siempre le acompañaba, aunque nunca llegaba a despojarse de cierta sensación íntima de abandono que le producía un frío intenso y punzante; "esa glacial ausencia de vida era la base de su infelicidad". Es un hombre sufriente, desarraigado y vacío, tan perdido en la soledad de su propio infinito que, "para no tener que aplicar valores relativos, había llegado a despojar a la existencia de todo sentido; era más sencillo y reconfortante".
Kit le sigue en su viaje a
Marruecos. Ambos se han hecho acompañar por
Tunner, un conocido de la pareja al que no pueden calificar de amigo, cuya presencia les permite a ambos mantenerse a cierta distancia.
Kit es una mujer acosada por sus propios miedos y preocupada por las supersticiones que ella misma engendra. Parecía no haber sido "hecha para vivir". Albergaba en secreto la esperanza de lograr la unión con él, sentía que seguía perteneciendo a
Port, pero "así como ella era incapaz de sacudirse el miedo de encima, él era incapaz de romper la jaula que había construido mucho tiempo atrás para salvarse del amor".
Los tres norteamericanos emprenden una travesía sin rumbo ni destino fijo que les lleva de un pueblo a otro del
Sahara, de un hotel destartalado a otro aun peor, permaneciendo entre tanto en un estado intermedio de conciencia, semiseducidos por el exotismo oriental, sedados por la presencia permanente del
desierto. Son viajeros occidentales fuera de lugar, sin identidad ni definición, en continua búsqueda interior, vagando por un punto del planeta donde no existe el futuro ni el tiempo.
"Se necesitaba energía para dotar de sentido a la vida", una energía de la que no disponían. "El alma es la parte más cansada del cuerpo".
Port y
Kit son dos personas que nunca han logrado "entrar en la vida", que siempre han estado "colgando del lado de afuera". Ahora están en medio del
desierto, con la fina trama del
cielo sobre ellos como única protección. Si la bóveda azul se desgarra quedarán perdidos para siempre: desierto a sus pies y sobre sus cabezas, absorbidos por el desierto y ahogados en su propio desierto interior.