En
1949 y después de una infructuosa búsqueda en las librerías americanas de clásicos ingleses en ediciones de segunda mano
Helene Hanff, escritora autodidacta de Filadelfia, descubre que la pequeña librería inglesa
Marks & Co. puede proporcionarle bellos ejemplares de los libros que busca. Empieza así un intercambio de cartas con los responsables de la librería situada en el número
84 de Charing Cross Road de
Londres, intercambio que muy pronto deja de ser meramente comercial y pasa a convertirse en personal e íntimo.
Estas
cartas igual pueden contener pedidos de libros, confidencias íntimas, declaraciones de afecto o simplemente la receta del
Budín de Yorkshire. En todo caso, muestran el carácter profundamente humano que pueden llegar a tener las transacciones comerciales que tienen como objeto los
libros, los cuales sobrepasan su dimensión de mercancía para convertirse en auténticos tesoros tanto para
libreros como para
lectores.
Marks & Co. Libreros es la imagen ideal del pequeño comercio de
libros usados, agotados y antiguos, de las llamadas "
librerías de lance". Quintaesencia del negocio del libro, refugio donde recalan los libreros más puristas al estilo de
Frank Doel. Estas librerías son el santuario a su vez de un tipo especial de lector amante de la tela, el cuero, el pan de oro y el papel de calidad.
Helene Hanff es de este tipo de lectores ("jamás supuse que un libro así pudiera proporcionar un placer tan gozoso al sentido del tacto"). Lectores además que esperan que el
libro viejo se abra justo por aquella página que su anterior propietario leía más a menudo, lectores que gustan de encontrar inscripciones en las guardas o notas en los márgenes ("a mí me encantan las inscripciones en las guardas y las notas en los márgenes: me gusta el sentimiento de camaradería que suscita el volver páginas que algún otro ha pasado antes, así como leer los pasajes acerca de los que otro, fallecido tal vez hace mucho, llama mi atención"). Lectores, en definitiva, que como
Hazlitt detestan leer libros nuevos.
El "
Diario" de
Pepys, el "
Tristam Shandy" de
Sterne, las "
Memorias" de
Saint-Simon, los "
Sermones" de
John Donne, la "
Democracia en América" de
Alexis de Tocqueville, los "
Ensayos escogidos" de
Stevenson, las "
Conversaciones imaginarias" de
Landor, todos ellos en bellas ediciones son algunos de los libros que
Frank Doel consigue a
Helene Hanff a lo largo de 20 años de relación y que han adornado sus diferentes casas.
Hoy en día, cuando las nuevas
tecnologías digitales amenazan la existencia del
libro de papel, sirva esta reseña para rendir homenaje a los
libreros de lance, auténticos
mohicanos de la cultura. Mis respetos y admiración.
Dedicado a Antonio Sanz, cárabo de los libros.