Tras el gran éxito de "Los ojos amarillos de los cocodrilos" Katherine Pancol continua la historia con la segunda novela de la trilogía, titulada en esta ocasión "El vals lento de las tortugas".
Siguiendo la línea del primero, el libro sigue relatando las peripecias de Josephine Cortès y su familia, desestructurada y con problemas, pero también muchas veces desenfadada y divertida. Una familia en la que sus componentes, en el vertiginoso baile de la vida, se desenvuelven torpe y lentamente, como tortugas bailando un vals lento que no alcanzaran a seguir el impetuoso ritmo.
Esta vez Josephine, la protagonista que conocimos en "Los ojos amarillos de los cocodrilos", alcanza el éxito a sus cuarenta y tres años con su novela. La nueva escritora mejora de posición y se muda a un apartamento en Passy, un céntrico y próspero barrio de París, junto con sus hijas en plena adolescencia. Alrededor de este núcleo familiar suceden cantidad de historias relacionadas, como la depresión de Iris (hermana de Josephine) que acaba por internarse en una clínica psiquiátrica, la nueva vida de Marcel y Josianne (su padrastro y la amante de éste) que acaban de tener un bebé que tiene asombrosas facultades o la sed de venganza de Henriette (madre de Josephine), que no soporta la felicidad de su ex marido.
Además de las relaciones sociales Katherine Pancol añade intriga al argumento con el descubrimiento de varios asesinatos cerca del hogar de Josephine, la supuesta muerte de su anterior marido devorado por los cocodrilos o la aparición de un misterioso perro, feo pero encantador, que parece esconder algún secreto.
La moderna familia parisina de Josephine no es muy distinta a la de cualquier familia contemporánea. Algunas aventuras que viven son un tanto peculiares y esto -unido al caracter de los personajes- le da un tono de humor importante a la novela, pero en el fondo "El vals lento de las tortugas" habla de problemas tan actuales como la complejidad de las relaciones sociales, el amor, las dificultades que conlleva ser madre, el momento de afrontar la adolescencia de los hijos y también de las sorpresas que nos encontramos en el camino. Katherine Pancol muestra los apuros y las alegrías de una familia en el tipo de sociedad actual y, en más de una ocasión, viendo nuestras semejanzas es imposible no esbozar una sonrisa de complicidad junto a Josephine.