La vida de Lady Jessica Sheffield está perfectamente diseñada. Lo tiene todo bajo control, siempre cumple con sus obligaciones sociales y en apariencia es la mujer perfecta: bella, recatada, agradable, deseada por todos, aunque un tanto distante y fría. La boda que ha planificado con Benedict Reginald Sinclair, el Vizconde de Tarley y futuro conde de Pennington, le proporcionará estabilidad y un estatus social envidiable. Ahora, a punto de casarse con su prometido, no puede haber nada que cambie el futuro que ha planificado, ni tampoco nada que se entrometa en sus intenciones ni ponga en peligro su comportamiento intachable...
Y así habría sido si Jessica no hubiera visto el día antes de su boda una escena tan excitante que se quedó grabada a fuego en su memoria. La visión lujuriosa del joven y libertino Alistair Caulfield con una mujer mucho mayor que él movió los cimientos de su inocencia y esta imagen se convirtió en un pensamiento recurrente que la envolvía en un deseo desconocido para ella, despertando una pasión que con el paso del tiempo crecía cada vez más en intensidad.
Los siete años que duró el matrimonio entre Jessica y Benedict fueron felices y su relación se basó en la confianza y el respeto mutuo; sin embargo, ella nunca olvidó la escena prohibida de la que fue testigo hace tiempo. Ahora que Jessica ha enviudado y Allistair es dueño de un patrimonio considerable logrado haciendo negocios en las Antillas, ambos vuelven a encontrarse por casualidad en un largo viaje en barco con destino a Jamaica. El deseo y la pasión contenida que les ha ido quemando por dentro durante todos estos años lucha por salir y se abre camino con una fuerza imparable, arrollando a la pareja enamorada que se dejará llevar por sus sentimientos, sacando a la superficie la cara más íntima y apasionada de una Jessica nunca antes conocida.
La relación entre Jess y Allistair servirá también de bálsamo que calme las heridas de ambos, heridas producidas hace mucho tiempo y que todavía siguen abiertas. El pasado de Allistair es oscuro, perverso y humillante; el de Jessica y su adorable hermana pequeña Hester está marcado por el dolor, los abusos y el miedo. Hester, por su parte, procura no preocupar a su hermana con sus graves problemas actuales y parece no darse cuenta del amor sincero que Michael, el hombre que la ama desde siempre, siente hacia ella.