Una alfombra de hojas secas.

Una cerradura atascada. Una persiana rota.

Árboles con ramas quebradas. Frutos en tierra.

Raíces que escapan del tiesto gritando un cambio de maceta.

La casa está semiabandonada.

Desde que faltó su anciano dueño quedó triste

quedó huérfana.

La casa precisa de arreglos y cuidado

José y sus dos hermanos son conscientes

deciden reunirse para trabajar en ella

como tantas veces lo hicieron, hace años

esta vez por decisión propia, no por obligación.

Está deshabitada aunque ocupada por la memoria

casa pobre que atesora momentos

y proyecta el reflejo del padre ahora ausente

como ninguna otra cosa puede hacerlo.

En la casa volcó toda su vida

su ilusión, ambiciones, esfuerzo y esperanzas

en ella invertía todo su tiempo libre

este buen hombre a pesar de sus defectos

que tenía como hobby trabajar.

Sus paredes guardan afectos

de sus árboles cuelgan retazos de vida

la casa es mucho más que una vivienda

es una máquina del tiempo que transporta

a tiempos felices, a realidades vividas,

al pasado íntimo y común de la familia

deshacerse de ella es de algún modo romper con el pasado

perder del todo la infancia

perder del todo al padre

cuyo recuerdo sigue latiendo dentro, con fuerza.

"La casa" es un libro de emociones profundas e intensas

que se cuelan sin ser invitadas por la puerta de atrás

¿Cómo explicar con palabras esta historia eminentemente visual?

Imposible captar su esencia, transmitir toda su verdad

construida con delicado material:

poesía gráfica,

viñetas que son versos,

imágenes que evocan,

silencios cargados de sentido

a través de los que resbalan

sentimientos que salen de muy adentro y se cuelan por los poros

empapándonos

de nostalgia agridulce

del recuerdo de una niñez que nunca volverá

de emociones que estrangulan la garganta

bloqueando el paso a palabras que nunca dijimos

sin ser por ello menos verdad

añorando y comprendiendo mejor a un ser fundamental

ese gran desconocido

que nos ofrecía su mano fuerte y protectora

al que siempre amamos

aunque no lo hayamos sabido demostrar.