Cuando alguien se enfrenta a leer grandes clásicos de la literatura se enfrenta al temor de no estar a la altura de ellos, o que ellos no estén escritos para estos tiempos. Pues con esta novela no ocurre ni lo uno ni lo otro. Se trata de un libro bastante asequible y de una actualidad que escandaliza tras más de 100 años de historia.
Y es que esta impresionante novela escrita en 1866 por
Fiódor Dostoyevski se adelantó tanto a su tiempo que vista en perspectiva casi llega a asustar. Ante todo comentar que estamos ante el primer gran psicólogo de la humanidad. Así de claro. Cuando Dostoyevski se planteaba crear una historia lo hacía sobre la base del estudio de psicologías atormentadas que le rodeaban. El más claro ejemplo de esto, y que otro día reseñaré es el impresionante “
Los hermanos Karamázov”. Pero centrándonos en el libro que nos ocupa, aquí se describe una historia francamente simple: la frustración debida a la desidia por vivir. A partir de esta sencilla idea Dostoyevski crea una apasionante historia alrededor de
Raskólnikov, un estudiante como otro cualquiera que necesita de forma imperiosa que la vida le dé más de lo que tiene, pero no en términos económicos ni sociales, sino en términos de pasión. Es por ello que un día, da igual que día fuera, decide que va a matar a una persona por el mero hecho de experimentar qué se siente. A partir de ahí la novela girará en torno a los tormentos del protagonista y sus reacciones paranoicas. Está estructura, que rompe a mitad de la trama con todo lo que el protagonista había antes vivido, me sirvió de inspiración para mi novela “
La sombra de la existencia”.
Y dije al inicio que se adelanta a los acontecimientos porque realmente impresiona ver cómo
Dostoyevski trata el tema del nihilismo con esa fiereza, cómo trata con las ideas que iban naciendo en su tiempo y que desembocaron en las grandes catástrofes y totalitarismos del S.XX. Y es que ese creerte por encima del bien y del mal, ese no querer saber nada de la moral ni de las normas, será la base de posteriores ideas que dieron lugar al fascismo y al comunismo de Hitler y Stalin. Esas ideas que negaban todo, incluida la propia historia, prometiendo nuevos mundos por encima de ella, surgieron de pensamientos nihilistas como los que se describen en este apasionante libro.
En definitiva, y como comencé describiendo, merece mucho la pena leer esta novela. Con ella entiendes por qué la vida es luchar por vivirla. Por qué la vida es vivirla junto con los demás. Por qué no se puede caer en hipócritas desidias ni en megalómanas ideas o creencias de superioridad.