Cincuenta sombras liberadas

E. L. James quiso concluir "Cincuenta sombras más oscuras", el segundo libro de la saga, regalando a los lectores la noticia de la boda entre Christian y Anastasia. En "Cincuenta sombras liberadas" el compromiso entre la pareja ya está sellado y la historia comienza mientras se encuentran disfrutando de su idílica luna de miel en Europa, visitando ciudades encantadoras y bañándose en playas paradisíacas.

Sin embargo, estas vacaciones suponen sólo un paréntesis en sus complicadas vidas y pronto volverán a la normalidad en Seattle. Si es que puede considerarse algo normal el enfrentarse a la investigación de sabotaje del Charlie Tango y a los intentos de secuestro de Ana, lo que alimenta el instinto controlador y superprotector de Christian. Este atractivo hombre, en el intento de cuidar a su esposa la rodea de una serie de medidas difíciles de soportar, como tener que ir siempre acompañada por guardaespaldas y no poder disfrutar de la libertad que tenía antes para moverse en la ciudad. 

A pesar del estatus económico del que disfrutan, que les permite todo tipo de caprichos y lujos, los problemas acechan sin cesar a la pareja. Los enemigos, los sabotajes y los intentos de asesinato persiguen a los enamorados, en esta tercera y última entrega de la saga más unidos que nunca. Ambos han sido capaces de adaptarse el uno al otro y de este modo han hecho posible el triunfo del amor. Anastasia ha madurado mucho desde "Cincuenta sombras de Grey" y se ha convertido en toda una mujer, con decisión propia y un carácter más firme y difícil de dominar. Evoluciona también en el sexo y encuentra interesantes ciertas prácticas de tintes sadomasoquistas que antes sólo accedía a practicar a petición de su amante, aunque sigue manteniendo unos límites. A Christian, por su parte, le agrada cada vez más el "sexo vainilla" (sin olvidar el BDSM) y en el terreno sentimental se va abriendo a la mujer de su vida y desgranando uno por uno los capítulos de su vida más oscuros y liberando así las cincuenta sombras de su pasado que le atormentaban en su interior.

Ana conoce bien al que ahora es su marido, sabe que tiene un lado tierno que su difícil pasado bloqueaba y acorralaba para no dejarlo salir. Las confesiones que Christian le ha hecho, sus traumas de la infancia y sus vivencias durante su niñez y adolescencia, son difíciles de compartir y dejan a la vista al hombre débil, inseguro y sensible que en realidad es, dando una pista del origen de la tendencia al sadomasoquismo que presenta. Ahora, tras la intensa relación que han vivido, Christian se posiciona en el lugar del cabeza de familia y vuelve la vista atrás para recordar el momento en que conoció a Ana y explicar su versión del instante en que todo comenzó.

E. L. James concluye con "Cincuenta sombras liberadas" una historia erótico-romántica que ha cautivado a miles de lectores en todo el mundo, demostrando que el erotismo puede tener múltiples matices y más de una sombra.