"- Tú no necesitas admirar a un hombre, Abigail- me respondió el día en que reconocí que había dejado de admirarte.
- No sé por qué.
- A los hombres les atraen las mujeres fuertes; sin embargo, eligen a las frágiles. Obedece a su instinto de protección y tú posees algo masculino que les intimida. Fernando es perfecto: te ama, tenéis un hijo por el que habéis luchado mucho, y está deslumbrado por ti desde que te conoció. Debería ser suficiente para que os hagáis viejos juntos.
Sin embargo, no parece que lo sea".
Cuatro teléfonos móviles escondidos en un cajón, una cuenta bancaria de origen desconocido y un e-mail en la bandeja de entrada enviado por una tal "Orquídea negra" son ojos de cerradura lo suficientemente tentadores para que
Abigail se resista a mirar a través de ellos. Las pruebas -evidencias, realmente- de que
Fernando lleva una doble vida a sus espaldas retumban en su cabeza y hacen estallar la ira y los celos de su esposa que, como un animal salvaje herido, se revuelve contra todo. Abigail quiere saber más, a pesar de ser consciente de que "la verdad es una puerta que debemos abrir sólo en contadas ocasiones".
La traición provoca en Abigail una brutal sed de
venganza, mientras que la curiosidad le empuja a querer saberlo todo, a tratar de recomponer los retazos de la vida de Fernando que le fueron velados y averiguar quién es en el fondo la persona con la que ha tenido un hijo y ha compartido la vida hasta el momento. Sin encontrar obstáculo que se le resista, Abigail despliega sus dotes detectivescas y, haciendo gala de una inteligencia rayando en lo maquiavélico y una osadía inusitada, se dispone a llegar hasta el final, traspasando todos los límites que servirían de freno a cualquier mujer.
La fiera herida que lleva dentro toma el control y se propone la firme decisión de no abandonar su plan hasta quedar saciada y encontrar respuestas a todas sus preguntas. Aprovecha el mes que Fernando va a pasar fuera de España con la excusa de tener que hacer un viaje de trabajo. Su determinación implica tener que liberar una parte oscura que ni tan siquiera ella misma conoce bien y explorarla sin temor, frecuentar esa zona salvaje dentro de sí misma sin pensar en las consecuencias. Lo que
Abigail descubrirá en su interior es tan inquietante y aterrador como la conclusión que alcanzará a vislumbrar: "El secreto para que una pareja funcione exige trascender a lo obvio; por ello, además de poseer los mismos valores, la misma pasión, idénticos objetivos... es necesario aunar los mismos trastornos mentales".
Esta novela escrita por
Teresa Viejo es, además de una perturbadora y trepidante intriga psicológica a ritmo de thriller con pasajes eróticos, una reflexión sobre todos los fantasmas que rodean a la pareja, tal y como se entiende en la actualidad (la
infidelidad, la traición, el morbo, la curiosidad, los tabúes, la exclusividad sexual, el poder que una mujer es capaz de ejercer sexualmente frente al hombre, etc.) También, aunque no lo parezca, es una historia de amor. De amor desaforado, maniático y perverso... pero amor, al fin y al cabo. Amor entre dos personas que no se resignan a entrar en la horma rígida que el rol de pareja ofrece para su domesticación.