Algo va mal

"Hay algo profundamente erróneo en la forma en que vivimos hoy". De esta forma da comienzo "Algo va mal", el libro en que Tony Judt recoge sus reflexiones políticas con la intención de arrojar algo de luz sobre el momento actual.

Según este intelectual, la situación de colapso que sufrimos tiene un origen claro. "Durante treinta años hemos hecho una virtud de la búsqueda del beneficio material: de hecho, esta búsqueda es todo lo que queda de nuestro sentido de un propósito colectivo". De las palabras de Judt se desprende que este egoísmo generalizado es nocivo para el conjunto de los ciudadanos y, antes o después, acaba perjudicando al bien común. Una sociedad cimentada casi por completo en el materialismo y en la admiración por la riqueza nos empobrece como personas al dejar por el camino muchos aspectos esenciales en el ser humano, desvalorizando la cultura, la justicia y los principios éticos.

Tony Judt anima a los ciudadanos a comprometerse, intervenir e involucrarse en los aspectos políticos de su país, y opina que tenemos el deber de mirar críticamente a nuestro mundo, manifestar nuestra disconformidad e intentar mejorar la situación. Porque un ciudadano conformista estará dejando la política en manos de funcionarios de dudosa preparación y de personajes que pueden estar movidos por su afán particular.

Judt manifiesta la necesidad de alcanzar un fino equilibrio en el sistema de gobierno de cada nación y asegura que "el capitalismo no regulado es el peor enemigo de sí mismo: más pronto o más tarde está abocado a ser presa de sus propios excesos y a volver a acudir al Estado para que lo rescate". Según esta premisa, para evitar las crisis y el colapso del sistema capitalista que conduce al empobrecimiento general y a aumentar las diferencias entre las clases sociales, sería necesaria la regulación permanente del Estado, en mayor o menor grado según el caso. Según esto, una de las obligaciones del Estado sería intervenir "para compensar las insuficiencias del mercado" y, de este modo, asegurar entre otras cosas el acceso a la educación y a los servicios sanitarios, promover infraestructuras, garantizar la prestación por desempleo, limitar los precios, facilitar la compra de vivienda o subvencionar el transporte público.

No cabe la menor duda, ante el panorama que nos rodea, de que "Algo va mal". Tony Judt intuye que la raíz del problema es de un origen profundo, proviene de un error en la base, de un mal planteamiento de partida. Algo parece fallar en una sociedad que se ha impuesto como único objetivo conseguir el mayor beneficio económico posible. La conclusión personal a la que Tony Judt llegó podría resumirse en una frase del libro: "la socialdemocracia no representa un futuro ideal, ni siquiera representa el pasado ideal. Pero entre las opciones disponibles hoy, es mejor que cualquier otra que tengamos a mano".