15 miradas al amor

15 miradas al amor es el segundo libro de la colección 15 miradas, que comenzó con 15 miradas a la soledad.

En este libro hemos tratado de desentrañar esta idiosincrasia del amor, con aspectos y formas de amor muy diferentes, desde nuestra manera de ver y entenderlo, y sobre aspectos y miradas muy distintas. Comienza con un estupendo prólogo de Ramiro Calle para ponernos en antecedentes ante las miradas que los autores hemos querido plasmar. Vamos a ver qué miradas son.

Una de ellas es la relación del amor y la muerte. Cuando la muerte nos separa de alguien amado no significa que ese amor se pierda, sino que trasciende y se queda para siempre en el corazón. De este tema hablan los relatos Amor tras la pérdida de un hijo, de Kristina Galarraga, y Un campo de amapolas de Antonia Peiró. Ambos relatos testimoniales y auténticos del amor en la pérdida de un hijo y de un marido, respectivamente.

Después Adela, Xisca y Antonia nos dan esa mirada incondicional del amor materno, tanto desde el punto de vista de hija, con el relato Hoy vuelvo a ti, de Antonia Portalo donde se relata la relación entre una madre afectada de Alzheimer y su hija, en el que podemos ver la relación y el recuerdo de la personalidad perdida de una madre, como del de madre en los relatos Los colores del amor de Adela Castañón donde se relata la experiencia de tener un hijo de condiciones especiales y Voy a ser madre, de Xisca Font, relata esa condición y lo que a las mujeres nos aporta en la vida.

La mirada mágica del amor nos la ponen los relatos El puente de los enamorados, de Simón Hergueta, y Amor perpetuo, de Francisco Pascual. Relatos que asombran por ese realismo mágico del que están impregnados, y, por supuesto, de mucho amor de pareja.

También tenemos la mirada del amor vetado, del amor disruptivo, muchas veces sometido al juicio ajeno y a la incomprensión. Esta mirada nos la ofrece el ensayo Amores diversos de la escritora uruguaya Marisol Ibarra, donde nos habla del amor LGTBI, de cómo tienen que luchar contra la homofobia, los prejuicios y demás circunstancias que hacen que su vida de relación no sea fácil. Ella hace un recorrido sobre la vida de personajes famosos y nos lo cuenta.

El amor y su otra cara, el desamor, está reflejado en los relatos Testigo del amor y el desamor y El dolor de amar, de Rafael Guerrero y Natalia Garró, respectivamente. Un testimonio de esa otra cara del amor que no es tan dulce, pero sí bastante habitual en la sociedad actual.

La mirada del amor social nos la ofrece Ágape, el amor incondicional y reflexivo, relato de Kika Sureda, donde nos habla de la compasión, del amor esencial como actitud ante la vida y las relaciones con las personas, especialmente las menos afortunadas. Un relato duro y a la vez tierno, que habla de la solidaridad, tan necesitada hoy en el mundo.

El ensayo de Rubén Méndez nos abre la mirada hacia el amor en el cine, la literatura y la historia, ofreciendo una panorámica sobre cómo se ha ido tratando el tema a lo largo de la historia de cada disciplina. Rubén, a través de su análisis, explora y llega a unas conclusiones, entre las que apunta que en el mundo de estas disciplinas se tratan muchos mitos que no siempre se corresponden con la realidad y no pocas veces la distorsionan, pudiendo causar un perjuicio en los espectadores. También propone, como buen conocedor y tenedor de gatos, el amor que los animales tienen y demuestran hacia sus dueños.

La esencia del amor, su trascendencia, viene de la mirada de Katja, que nos deja un ensayo sobre ello. Katja nos habla de la incertidumbre existencial, de las contradicciones de la vida y de cómo en el amor a nosotros mismos se nos revela la esencia de lo que somos, en una búsqueda interior para averiguar cuales son esas necesidades esenciales que a veces nos quedan ensombrecidas por la vorágine de la vida exterior diaria, por todo lo que nos sucede alrededor y cómo podemos ir descubriéndonos a través de esa esencia del amor propio.

Javier nos habla del amor cortés en lidia valiente, una parte más teórica del amor, haciendo referencia a las pulsiones de vida y muerte, para continuar con una exposición del amor platónico como forma de sublimar el amor que uno elige y desafiando así a las pulsiones a las que los seres humanos estamos abocados por el hecho de serlo. Nos habla también del amor carnal, del erotismo que parece imposible de sublimar, pues siempre queda ese “resto” que nos permite el gozo íntimo y que se manifiesta en la seducción.

Y la última mirada, la mía propia, es de cómo el amor nos salva, de la redención como función del amor, eso es lo que intento reflejar en mi relato El efecto espejo, que sucede en New York tras el atentado de las Torres gemelas. La desesperación de un inmigrante lleva hasta el límite transformando su amor en odio y deseo de venganza, sin embargo, una vez más la esencia del amor le devolverá la esperanza que ha perdido. Me había interesado especialmente dar esa visión de cuando la desesperación se apodera de una persona y transforma su vida marcada por el odio y la sed de venganza y de cómo es posible cambiar radicalmente una decisión a través de un simple acto de amor de otra persona, porque a veces los detalles simples, pero no intrascendentes, pueden ser detonantes para muchas vidas, y aquí entro también en el relato de Kika Sureda, que habla de esos pequeños-grandes detalles de cariño que cambian o mejoran la vida de alguien haciéndola mucho más llevadera. Y es que el amor es una de las razones por las que y para las que existimos.