Matriarcado

Ángel Medina
Más allá de la tentación de la manzana, la mujer reivindica el lugar que considera corresponderle en la sociedad. Hubo una época en la cual mantuvo el predominio o mayor autoridad social. Muchos hemos oído hablar del "Matriarcado" (del griego mater archein, que equivale a gobernar) Esto es: el gobierno de las mujeres. Desde entonces, la Ciencia ha progresado enormemente y no sería baladí preguntarnos: ¿tendrán ellas en un futuro próximo la llave en sus manos?
Con motivo de la presentación de un libro titulado "El amante clonado" hube de abordar el tema de la reproducción humana. En la actualidad parece estar "congelado", aunque en cualquier momento podría reactivarse (a veces, el silencio que envuelve las investigaciones suele ser proporcional a su importancia)
Al hablar de la clonación nos solemos acordar de la ovejita "Dolly", que sobrevivió al experimento, aunque murió prematuramente, si bien fueron necesarios casi trescientos intentos fallidos hasta conseguir el éxito que se buscaba. Esto equivale a la eliminación de muchos zigotos, o lo que es igual, a prescindir de vidas incipientes. Surge una pregunta: ¿Es posible con los humanos? Ciertamente, resultaría más complejo, pero no imposible.
Detengámonos en este punto para precisar: ¿en qué consiste la clonación?
Las células humanas poseen 46 cromosomas, a excepción de las reproductoras que poseen 23. Al unirse y combinarse los 23 pares se reconstruirá la fórmula cromosómica con el ADN del nuevo ser. La vía natural es el coito, pero también puede alcanzarse mediante la fecundación artificial, bastando unir en una probeta los gametos masculino y femenino y posteriormente implantando el zigoto en un útero.
Pero, ¡atención!, pues es posible introducir una célula somática (soma= cuerpo)- indistintamente masculina o femenina- en el ovocito, al que previamente se le ha desprovisto de su núcleo. ¿Qué ocurriría en tal caso? Pues, que siendo única la aportación, limitándose el huevo a recibirla para su posterior desarrollo, el resultado sería idéntico al donante. Sin embargo, no concluye todo aquí, ya que las posibilidades pueden ser más amplias.
Se ha observado en la naturaleza (citaré el mundo de los insectos) que las abejas y los zánganos salían de huevos no fecundados, en tanto que la reina y las obreras sí lo eran. Esto es la partenogénesis: la posibilidad de desarrollarse un gameto femenino sin el recurso del masculino. Siguiendo esta vía, tomemos un óvulo de mujer y vaciémoslo de su contenido (así eliminaríamos la carga genética), extraigamos una célula somática de su propio cuerpo (ésta sí posee 46 cromosomas) y finalmente la implantamos en dicho huevo. El resultado sería una hembra idéntica a ella misma como doblemente donante y receptora. Auto-inseminación.
Hasta aquí el proceso. Pero ¿y las consecuencias? ¿Es válido el principio científico de que todo lo que es posible debe hacerse? ¿Adónde podría llevarnos? ¿Progreso? ¿Y el costo?
Recordemos lo dicho sobre la partenogénesis. Inseminándose a una mujer por otra mujer e incluso por sí misma, el producto sería otra hembra. Valiéndose de la técnica podría procrearse exclusivamente entre mujeres. ¿Qué es algo anti natura? ¿Procreación aburrida? ¿Sexualidad reprimida? ¿Ética errabunda? Lo cierto es que, suprimida la vía natural de la copulación se eliminaría a Adán y sobreviviría Eva por el procedimiento inducido, dándose lugar a una sociedad de féminas. Feminización total.
Puede que alguien sonría malévolamente, aduciendo que estamos hablando de ciencia-ficción. Ficción, por el momento y en parte. Ciencia, siempre. ¿Sería desmesurado pensar que andando el tiempo alguna científica "progre" lo intentara? Y es que, una vez abierta la "Caja de Pandora", ¿quién volverá a meter al genio dentro del tarro? Consideración que debe llevar a la toma de conciencia social. ¿Mejor tirar la llave al fondo del mar cuando todavía estamos a tiempo?




Texto libre Trabalibros

PUBLICA Envía tus textos libres aquí
subir