Una simple solución para un complejo problema

Juan José Rojas Mendoza
Luis mostraba reactividad furibunda cada vez que lo corregía. Y en un momento sentí ganas de abandonarlo a su fuerte rebeldía, pero un día una voz metálica en mi oído decía: "Depón tu agresividad, establece reglas claras y predica con el ejemplo". Mensaje recibido, empecé a tratarlo sin agresividad, establecí reglas coherentes, y sobre todo yo también cumplía con las reglas. Actualmente la relación entre Luis y yo es una maravilla.
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