Casa tomada

Plácido Romero
La segunda o tercera vez que vino a casa, dejó un cepillo de los dientes. Más tarde, aduciendo que no le gustaba el mío, trajo un dentífrico. Pronto llenó el baño de peines, lociones, cremas. Un día metió una muda en la mesita de noche. Sin consultármelo. Un par de semanas después me dijo que iba a traer cuatro cosas en la maleta.
Ayer salí de mi casa, que ya no era mía.
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