Sola

Clarisa Tomás
Mis pasos son solos,
sólo son mis pasos.
Largo es el tiempo solo,
corto es el sueño recién nacido.
Mis manos son solas,
sola yo y mis manos.
La ventana sonora
en los cristales,
habla de transparentes
nubes de ojos despoblados.
Mi amor es solo,
ni isla, ni océano,
ni montaña lo acunan.
Mi amor está solo
en un lugar de mí
en donde ya no alcanzo...
Rebusco en su hornacina,
remuevo en su esqueleto,
sólo hay piel de letras secas,
cascadas de sílabas hacia su vacío...
¡Oh, butterfly! Qué sola quedas...
Sola es la estrella
allá en lo alto,
y aquí, sobre la nieve,
¡flor blanca!,
ternura fugitiva en la mañana...
Sola viaja la esperanza
en su espiral cíclica: ¡vida sola!
A golpes solos, camina
prematura y constante
la promesa a los albores...
Muere el canto solo
y en la garganta tiembla;
el intento sucumbe
callado en su crisálida,
y sin abrir la boca,
mi amor cae y se vuelca:
su batalla es sola.
¿Volverá de nuevo
para alcanzar su numen?...
¿Gozará del abrigo en tus portales?
O quizá gravite incierto
en soledad eterna,
para ser otro solo
ambulante del cosmos.
Texto libre Trabalibros

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