La declaración

Natalia Porras Velasquez
Siempre traigo a mi memoria tus ojos, esa compañía profunda que tanto das cuando estas cerca. Tengo siempre presente ese cariño fruto de la espontaneidad, fruto de la conversión, de tu inteligencia pues hay sabios que escriben tantos libros sobre el sentimiento pero hay quienes necesitan de ser pensados para saber querer. Traerte desde la mañana hasta en la noche, en la vigilia y en unos cuantos sueños... traerte a mi lado en un espacio marcado por las pequeñas experiencias, por imágenes sustanciales, por actos sencillos es propio de quien puede alcanzar el amor, el que se siente amado.

Puede ser que recuerde tantas cosas pero no amo tanto a ninguna de ellas... me conformo con amar enteramente desde tu alma hasta la punta más externa de tu cuerpo, amar lo que dices, lo que tocas, en lo que crees y en lo que sufres. Amo todo de ti por ser parte de ti en un todo de ti que se forma en ti. Ya no creo, ahora estoy seguro que no son unos ojos, que no es una expresión, que no son solo palabras sabias o acciones suaves las que quiero. Todo como tal, es eso lo que quiero, no un deseo sino una necesidad, aquella de encontrarte, esa que pocos hombres tienen, esa necesidad de amarte.

NOTA: El relato "La declaración" sigue. Puede leerse completo en el archivo que se adjunta a continuación.
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