Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia, autores de "El libro rojo de Mongolia" (Reservoir Books)

lunes, 11 de marzo de 2013
"Los antisistema son aquellas personas que, siendo los responsables de mantener el orden establecido, se lo están saltando a la ligera continuamente. Los que apoyan a los bancos, los financian con fondos públicos o financian los partidos políticos de forma irregular".
Hace ahora un año una nueva publicación en forma de periódico asaltó por sorpresa los kioskos españoles. Decía llamarse Mongolia y aparecía el primer viernes de cada mes con titulares tan impactantes como "Rajoy ha muerto", "España tiene una salida (Barajas)", "Gallardón abortó", "La Banca gamos" o "El rey podría violarte". Los españoles entendieron a la perfección la crítica ácida y el sentido del humor que inundaba sus páginas y cada mes se lanzan en tropel a los kioskos en busca de la revista.

El libro rojo de Mongolia (Colectivo Mongolia)-TrabalibrosEl Colectivo Mongolia, responsable de la revista, ha decidido arriesgarlo todo y lanzar a las librerías un libro que recoja todo el saber universal de Occidente, un libro total y definitivo al que pusieron por título "El libro rojo de Mongolia", que promete ser "tan útil y tan peligroso como una navaja suiza". Bruno Montano de Trabalibros tuvo la ocasión de hablar con Fernando Rapus y Eduardo Bravo y aprovechó para hacerles unas cuantas preguntas.

- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): “Mongolia no es una revista, es un país” reza uno de vuestros mandamientos. Pero además de un país yo tengo la teoría de que Mongolia es un espacio mental, una actitud, un lugar desde el que observar el mundo. ¿Estáis de acuerdo?

- Fernando Rapus, Colectivo Mongolia (F.R.): Sería como un lugar de resistencia, nosotros solemos decir que cada kiosko es una trinchera. La revista tiene dos partes muy diferenciadas, una muy salvaje en la que tratamos temas de actualidad a través del filtro del humor y otra segunda parte de información general en la que tratamos de mostrar una realidad que nosotros interpretamos. Para nosotros Mongolia es una forma de resistencia, una forma de capear el temporal y también de enfrentarlo, de ir contra él. 

 
- B.M.: ¿Una forma de observar la realidad pero de actuar también sobre ella?
 
- Eduardo Bravo, Colectivo Mongolia (E.B.): Sí. La revista también es una especie de refugio, un lugar en el que te encuentras arropado y entendido. Primero entre nosotros, porque nos lo pasamos bien y compartimos lo que después volcamos en la revista, pero nos estamos dando cuenta de que también es así entre los lectores. Los lectores tienen hacia la revista un sentimiento como de comunidad, de una cosa que nos pertenece a todos; el lenguaje es un lenguaje compartido, el mensaje es un mensaje compartido y, dado que ahora las cosas están muy mal, yo creo que la gente agradece que haya personas que hablan en su mismo lenguaje, que piensen lo mismo y que expresen lo que ellos no pueden expresar. De repente hay mucha gente que se ha sentido no reflejada pero sí comprendida porque hay alguien que está poniendo en papel -ya no en Internet, que es algo más difuso y que se pierde, sino en papel- lo que a ellos les gustaría decir y no pueden.

- F.R.: Además, yo creo que ante la avalancha general de destrucción masiva de empleo y cierre de medios, de repente que unos chicos empiecen desde la nada, desde cero, a sacar una revista que empiece a tener difusión creo que también es un mensaje para decir: Se pueden hacer cosas. No ganamos nada quedándonos en casa sin hacer nada. Nos encantaría que la gente se sirviera de los medios tradicionales, que están totalmente muertos. Realmente hoy en día lo que hay que empezar a pensar es en generar nuestros propios medios.
 
Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (7)

- B.M.: Y vosotros decís, como he leído en algún sitio, que contáis cosas que nadie se atreve a contar, que los medios tradicionales no se atreven a contar por presiones de todo tipo.
 
- F.R.: Es que los medios tradicionales están endeudados, como los partidos políticos.

- E.B.: Tampoco es una actitud de valentía, nosotros no estamos haciendo esto como una forma de retar a nadie. Simplemente es que nosotros podemos contarlo y la diferencia entre nosotros y los medios no es que seamos más valientes, es que nosotros no tenemos deudas, no tenemos que rendirle cuentas a los bancos, ni rendirle cuentas a otro gran grupo de comunicación que no es el que está a lo mejor en otro país o es una multinacional. No es una actitud para vanagloriarnos, simplemente es que podemos hacerlo porque nuestras circunstancias nos lo permiten.

- F.R.: Hacemos el medio que nos gustaría leer y como le estamos diciendo a los medios que queremos enterarnos de cosas y además queremos que haya gente que haga crítica con la realidad para poder entenderla y hacer cosas, nosotros hacemos nuestro medio. Es decir, hemos hecho el medio que nos gustaría leer.
 
Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (8)- B.M.: Una curiosidad, ¿por qué Mongolia y no Madagascar, por ejemplo?
 
- F.R.: Primero, de Mongolia nos encanta su sonoridad. Una vez mi hijo, mientras estábamos con el proyecto, tenía un globo terráqueo y me dijo que le gustaba ese nombre, y ese nombre quedó dentro de una lista de nombres que barajábamos. Pero además hay historias interesantes sobre Mongolia, que es un lugar de resistencia que está entre Rusia y China y siempre estuvieron ahí en medio tratando de aguantar. También Mongolia es la que hace entrar a España en las Naciones Unidas, porque su abstención hace que España entre. Entonces decimos: Si ellos han hecho que entremos, pues ahora que nos saquen de aquí. Y también hay otra historia que nos divierte mucho y es que Mongolia no tiene salida al mar y España sí, pero en realidad España no tiene salida hoy (aunque creemos que puede tenerla). Ese paralelismo totalmente opuesto nos interesa, es un país totalmente opuesto, no tiene mar y España está rodeado por el mar.
 
- B.M.: Existe un trastorno cromosómico llamado trisomía 21 que antes se conocía como mongolismo. Las autoridades mongolas elevaron una protesta internacional y la comunidad científica decidió no usar más el término. ¿Habéis recibido alguna presión por parte del “sensible” gobierno mongol?
 
- E.B.: No, porque nosotros nos pusimos Mongolia por el país, no por la enfermedad. Creo que también hicieron algo parecido los filipinos, quisieron quitarle el nombre a las galletas. Celia Villalobos utilizaba hasta hace bien poco esta palabra en el Congreso, hablaba de los "mongolitos". Nosotros nunca hemos querido utilizar esta referencia. Es más, uno de los puntos del decálogo del humor de Mongolia es no reírse del que lo está pasando mal. Nosotros en ningún momento nos reiríamos jamás del débil o de una persona que tuviera una discapacidad. Nosotros nos reímos de aquel que hace que una persona con discapacidad no pueda acceder a la sanidad pública, tenga que pagar sus medicamentos, no pueda tener asistencia en su domicilio. Nuestra Mongolia no es tanto por el mongolismo sino por Mongolia, el país, y entonces nosotros no somos mongolos, somos mongoles.
 
- B.M.: La Biblia es el libro más vendido de la historia. El segundo es el Libro Rojo de Mao. Decís que el título de “El libro rojo de Mongolia” lo habéis escogido en referencia al “Libro rojo de Mao” porque tenéis la intención de vender 900 millones de ejemplares, como se han vendido los del presidente chino Mao. ¿Por qué conformarse con 900 millones? ¿Por qué no ir a por todas y titularlo “La Biblia de Mongolia”? ¿Quizá por falta de ambición o por temor a desbancar a Dios de la lista de best-sellers?Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (9)
 
- E.B.: Tienes razón. Nos falta ambición. O quizá es que no nos atrevemos a desafiar al hombre del espacio. A Mahoma sí, pero al hombre del espacio... Pero sí, podría haberse llamado "La Biblia de Mongolia", podía haberse editado además en papel biblia. Pero para poder llenar un volumen de ese grosor con papel biblia... hubiéramos sudado tinta. Pero es una buena idea, nos la apuntamos.
 
- B.M.: Veo que, poseídos por el espíritu enciclopedista de Voltaire, D´Alembert y Diderot, habéis pretendido reunir en un libro perfecto todo el conocimiento de Occidente. 
 
- E.B.: Por el espíritu de todos ellos y también por el de Petete.
 
- B.M.: ¿De dónde os viene esa brutal capacidad de síntesis?
 
- E.B.: Yo creo que lo que tenemos es muy poca vergüenza. Sólo teniendo muy poca vergüenza se puede hacer un libro con esas aficiones, con ese desparpajo y con esa falta de respeto hacia el saber occidental. 
 
- B.M.: Decís saber occidental pero he visto que en alguna página habláis de chacras...
 
- E.B.: Hombre, es muy occidental ahora lo de los chacras. Se ha occidentalizado mucho todo este tema, qué daño está haciendo.

- F.R.: La idea del enciclopedismo surge un poco de nuestra parte porque Random House Mondadori nos pide que le propongamos el libro que quisiéramos hacer. Para nosotros, una opción era hacer un libro muy ceñido a la actualidad, como hacemos con la revista. Nos parecía que esta fórmula para un formato mensual estaba bien, pero el libro tenía que trascender ese formato y tenía que ir un poco aparte de la coyuntura, de la realidad circundante. Queríamos hacer un libro que pudiera guardarse, no se si por generaciones pero sí durante unos cuantos años. Queríamos poder hacer como una enciclopedia, como un "sabelotodo" de diferentes cosas.
 
- B.M.: Como un libro gordo de Petete.
 
- F.R.: Como un libro gordo de Petete. Además, como en Mongolia confluyen varias nacionalidades y gente de distintas procedencias (argentino, chileno, madrileño, asturiano, catalán...) esa alquimia también da cosas interesantes. Creo que el resultado del libro también  recoge eso, no es un relato lineal, es una mezcla de un montón de historias que caben en un relato propio, a partir de la secuencia y el ritmo que tiene el libro.
 
Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (2)- B.M.: El diccionario ocupa todo el libro y entre él intercaláis las distintas secciones.
 
- F.R.: Así es. Esa estructura fragmentaria nos interesaba bastante. Queríamos que fuera un libro de los que se denominan "de vater", de los que puedes cogerlo por cualquier parte y puedes leerlo, nos interesaba mucho eso. Sobre todo por la dispersión actual de que a lo mejor no te puedes meter a leer un libro de una y puedes ir saltando. Además queríamos que tuviera múltiples lecturas. Tiene muchos planos de lectura (letra chica, letra grande, ilustraciones de página), tiene mucha herencia incluso de novela gráfica, porque hay imágenes a tamaño grande... Queríamos hacer diferentes tipos de relato.
 
- B.M.: Os declaráis una revista satírica sin mensaje alguno; sin embargo yo sí que veo un mensaje de izquierdas, ateo y no nacionalista. ¿Cómo explicáis esta contradicción?
 
- E.B.: Es que se te olvida uno de los principios de Mongolia, el primero.

- F.R.: Que todo lo que decimos es mentira, inclusive esta frase.
 
- E.B.: Entonces, así se cierra el círculo y luego siempre cabe una posiblidad, nosotros podríamos decir: Vamos a hacer un libro que desbanque a la Biblia, o al Libro rojo de Mao. Y si la cosa al final no cuaja dices: Bueno, es que fue una broma. Siempre cabe esa posibilidad.
 
- B.M.: La Revista Mongolia es heredera de otras publicaciones satíricas legendarias españolas, como La Codorniz, Hermano Lobo, El Papus o El Jueves. La mayoría de ellas han desaparecido, el periodismo de papel está cayendo bajo la presión de lo digital. Sin embargo vosotros hace un año, en plena era digital, arrancáis con una revista de papel que además tiene el formato de un periódico de toda la vida, y tenéis éxito. ¿A qué se debe? 
 
- F.R.: Es verdad que ahora hay muchas cabeceras o medios en papel que puedan desaparecer, pero nosotros no creemos que el papel esté muerto. Nosotros estamos convencidos de que todavía hay muchas cosas por decir en el papel. Mucha gente mató el papel antes de que se haya muerto. Cuando apareció la radio decían que iba a desbancar al teatro, cuando apareció la televisión que iba a desbancar al cine y al final las cosas se van reacomodando y van tomando su lugar. Nosotros creemos que hay espacio todavía para un satírico en papel prensa. A lo mejor es cierto que no hay lugar para tantas cabeceras del mismo tipo y que se repitan en el kiosko, a lo mejor sí que esos clones se irán muriendo, pero la diversidad puede seguir apareciendo en el tema de la prensa.


En nuestro caso Mongolia va bien, va mejor de lo que pensábamos, no acaba de dar para que vivamos holgadamente seis personas, pero es una estructura que está pensada con mucha humildad y con bastante cabeza. Es decir, Mongolia, si termina de funcionar, dará para vivir a nosotros y a lo mejor a alguna persona más. Pero claro, si tú pretendes que Mongolia dé para vivir a 200 personas, que además sostenga inversiones inmobiliarias u otro tipo de cosas, entonces te estás equivocando de negocio, tu negocio no es la prensa, es la banca. Eso también hay que entenderlo, los medios de comunicación han diversificado su negocio en otros sectores que no son la prensa en sí. Entonces, si te ha salido mal no le eches la culpa al periódico, el periódico está saneado, lo que has hecho mal es todo lo de alrededor. Creo que echarle la culpa al papel es poco inteligente y además no es verdad.
 


- E.B.: Tienes que tener en cuenta también quién manda ese mensaje y de dónde viene. Quien está diciendo que el papel está muerto en muchos casos lo dice porque sus ojos están puestos en otros medios y a él le interesa que muera. Además son personas que han apostado por lo digital hasta el punto de dar en su web de forma gratuita los contenidos que pretenden cobrarte al día siguiente en el kiosko. Si tú te metes en una página web de varios periódicos de tirada nacional hacia las once y media o doce de la noche lo que estás leyendo es lo que va a aparecer al día siguiente en el kiosko. Entonces tú, como lector, cuando llegas al kiosko te sientes poco menos que timado. ¿Ha bajado la venta de kiosko? Evidentemente, porque tú la estás matando. ¿Ha muerto el papel? No, a lo mejor ha muerto el papel en el sentido de un periódico diario, que compita de tú a tú con la actualidad, porque tenemos la radio y tenemos Internet, pero sí puede haber un periódico de fondo que salga una vez a la semana con opinión o reportajes de fondo. No ha muerto el papel, ha muerto tu concepto del papel o cómo tú estás tratando al papel, que es muy diferente.

Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (3)
- F.R.: Y aparte, no tienen una estrategia clara de cómo llevar adelante sus contenidos digitales, Yo creo que todavía hace falta una reflexión real de cómo es esa migración hacia el mundo digital. Si tú no cobras por ningún contenido al final no tienes dinero para poder pagar investigación y el periodismo está hecho a base de investigación. La segunda parte de Mongolia está hecha con investigación, hay gente que se estudia los temas, que investiga, que busca fuentes y eso hay que pagarlo, es imposible que sea gratis. Hace unos años entramos en una época en la que todo era gratis y todo valía, ¿por qué? No entendemos bien eso.

- E.B.: Además, otra de las cosas de la que hablábamos y nos hemos dado cuenta al ir haciendo la revista, es que nosotros somos seis personas para sacar la revista y damos lo que damos, porque nos ocupamos de la revista, del ensobrado, de la gestión de sucriptores y de un montón de cosas más. Nosotros sacamos la revista y nos desentendemos de ella hasta el siguiente número, no tenemos que alimentar esa revista. El lector entiende el código, es decir, la revista sale el primer viernes de mes y hasta el siguiente viernes de mes no hay revista. Internet no, internet es un medio que requiere alimentación constante, el lector te va a demandar siempre información y siempre actualizaciones, hasta el punto de que si no se las das se va a sentir defraudado. Es decir, el código de internet es totalmente diferente al código del papel. Nosotros no podemos alimentar una web de esa forma, pero nos hemos dado cuenta de que no sólo nosotros, los grandes medios de comunicación tampoco.
 
Llega la paradoja de que hay medios de comunicación que no son afines en absoluto a Mongolia, que terminan dando cabida a informaciones sobre nosotros porque las cogen de las agencias y ellos tienen que tener siempre nueva información en su página web. De repente, periódicos como ABC, que jamás haría una nota sobre "El libro rojo de Mongolia" y muy posiblemente haya rechazado entrevistarnos, replica la nota que hace EFE. ¿Por qué? Porque tienen que actualizarlo constantemente y una cosa que el redactor jefe de ABC jamás permitiría se les cuela por esa necesidad de alimentar constantemente con contenido digital. Creo que desde el punto de vista de la información o del posicionamiento de los medios Internet todavía no está bien digerido.
 
Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (6)- B.M.: En la famosa novela de Humberto Eco “El nombre de la rosa” el bibliotecario escondía un tratado de Aristóteles sobre la comedia. Nadie debía leerlo porque nadie debía reír. Según este bibliotecario, la risa mataba al miedo y sin el miedo se pierde el respeto a Dios y a cualquier forma de poder. La risa quita el miedo y un hombre sin miedo es libre, y al poder no le interesan los hombres libres. ¿El humor puede considerarse una forma de lucha política?
 
- F.R.: Sí. Hay una cosa que siempre dice Darío, "el humor es una forma de exhorcizar al miedo". Y de poder enfrentar al poder. En el libro inclusive hay una imagen en la que están luchando el humor contra el poder. Tienes muchas formas de enfrentarte al poder; puede ser el discurso de siempre (manifestaciones, etc) pero el humor es muy corrosivo, porque el poder lo toma como si fuese una falta de respeto pero no, es un ataque frontal, muy crítico y muy ácido. Nosotros nos encontramos muy cómodos dentro de ese lugar. 

- E.B.: Además al poder el humor le desconcierta, porque lo toman como una falta de respeto pero no lo es, porque si lo fuera nosotros estaríamos en los tribunales todos los días. Ellos mismos nos dotan de unas leyes que nos permiten la libertad de prensa y la libertad de expresión, pero luego toman la forma de hacer uso de esta libertad de expresión como una falta de respeto, pero se dan cuenta de que entran en una paradoja, en un círculo vicioso: sí, es una falta de respeto pero no puedo tampoco ir contra ellos. Entonces esto es lo que más les desconcierta y lo que más les duele, el hecho de decir: Es que por mucho que les apriete se siguen riendo. 
 
Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (4)

- B.M.: No saben como atacarlo, es una cosa de la que es difícil defenderse, ¿no?
 
- F.R.: Sí, y la falta de respeto real pasa por otros lados: por los desahucios, por las indemnizaciones millonarias, por las preferentes (que ningún medio de comunicación en España casi da y hay un millón de personas hoy en día que han puesto ahí el dinero de toda su vida). Eso sí que es realmente una falta de respeto.

- E.B.: Además nosotros hacemos el chiste pero es verdad. A nosotros nos dicen que podemos estar cerca de los antisistema, pero nosotros somos bastante respetuosos con la legalidad, de hecho tenemos un abogado que nos indica qué cosas están o no están dentro de esos márgenes. Los que realmente son antisistema son aquellas personas que, siendo los responsables de mantener el orden establecido son los que se lo están saltando a la ligera continuamente. Apoyan a los bancos, los financian con fondos públicos, financian los partidos políticos de forma irregular... Nosotros a su lado somos hermanitas de la caridad. 
 
- B.M.: Habéis dicho que este libro es de los que se pueden leer mientras estás en el váter. ¿El humor puede ser diurético y laxante? ¿Ayuda a purgar nuestro pensamiento? ¿Hacer reír y hacer pensar se retroalimentan de alguna manera?
 
- E.B.: Sí. Bueno, nosotros pensamos que "El libro rojo de Mongolia" va a hacer más por la flora intestinal que el bífidus activo de José Coronado. Es un libro que, evidentemente, invita a pensar, en ocasiones te pone de muy buen humor y en ocasiones un poco de mal humor, porque hay definiciones en este diccionario que son muy contundentes y muy crueles, en el sentido de que muestran la realidad con humor pero con mucha crudeza. Sí, es un libro que yo creo que ayuda a pensar, es un libro para leer en el vater, por supuesto, pero es un libro que yo, personalmente, si fuera lector, me gustaría leer. Cuando llego a las estaciones de trenes y de aeropuertos y lo veo, yo creo que es un libro que me llevaría para un viaje de, por ejemplo, doce horas Madrid - Buenos Aires, Madrid - Sao Paulo o Madrid - Nueva York. Yo creo que si te lo llevas vas a pasar mejor las doce horas y vas a llevar mejor los controles de aeropuerto, la falta de respeto de los guardias jurados, el quitarte el cinturón, las zapatillas y todo eso. Digamos que te reconcilia un poco con la especie humana.

- F.R.: Sí, y está muy bien encuadernado y lo puedes usar como arma arrojadiza también.
 
- E.B.: Que no se entere el FBI, porque posiblemente lo prohiba y no se pueda pasar por el control de pasaporte.
 
- B.M.: A mí me sorprendió también la encuadernación y el papel, es un libro de alta calidad.
 
- F.R.: Sí. ¿Viste la impresión en naranja? No nos dio el presupuesto como para hacerlo en rojo, no nos alcanzó el magenta. No pudimos hacer el 100% de magenta, tuvimos que hacerlo al 70% pero bueno, es una tinta fantástica.
 
- B.M.: He descubierto en la revista que vuestro lider espiritual es José Saramago.
 
- E.B.: En este número, en cada numero hay un lider espiritual. Ha habido otros, estaba Frank Zappa, Joe Strummer de los Clash, Chicho Sánchez Ferlosio, José Saramago en este, Tom Jobim estuvo en otro... De hecho, buena parte de nuestros líderes espirituales aparecen al final del libro rojo. Son cosas que se han utilizado para hacer el libro rojo, decíamos que se ha usado un montón de tinta, pero también se han usado un montón de discos, buena parte de esa gente también son líderes espirituales. Van cambiando según el número de la revista.
 
- B.M.: He encontrado una frase de José Saramago, aprovechando que era vuestro lider espiritual del mes, a ver si estáis de acuerdo con él. Él dice que “siempre hay un tuerto o un listo que nos gobierna”.
 
- E.B.: Eso nos pone en muy mal lugar, porque eso quiere decir que los demás somos todos ciegos. En el reino de los ciegos el tuerto es el rey. Pues muy posiblemente estemos gobernados por tuertos y por listos. Yo creo que ha llegado el momento de sacudirse a tanto jeta y a tanto listo y de empezar a tomar las riendas de nuestras vidas; al fin y al cabo eso también es una actitud adulta, el hecho de decir: Ya no me gobiernan, me gobierno yo. Evidentemente es una decisión difícil, pero es mucho más satisfactoria. Y viendo que estos que nos tratan con tanto paternalismo en el fondo son muy malos padres, quizá haya llegado el momento de crecer, de independizarnos, de emanciparnos.
 
Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (5)

- B.M.: La libertad de prensa implica “democratizar el humor” en el sentido de que toda persona o toda institución (políticos, banca, clero, judicatura, realeza) puedan ser dianas en un momento dado del periodismo satírico. Vuestros límites legales están en el código penal. ¿Cuáles son vuestros límites éticos? 
 
- F.R.: Esta pregunta se contesta con lo que es el humor para nosotros. En el humor que nosotros utilizamos no nos permitimos reirnos del débil, no tiene ningún sentido para nosotros ir contra el débil. Nosotros utilizamos el humor para reírnos un poco de la situación, para efectuar una resistencia y siempre lo usamos contra el poder. No nos interesa reírnos de alguien que sea débil, este es nuestro límite. Porque el límite entre el buen gusto o mal gusto nosotros tampoco lo conocemos. 

- E.B.: Uno de nuestros compañeros, cuando le hacen esa pregunta se remite a las preguntas clásicas del periodismo: el qué, el quién, el cómo, el dónde, el cuándo y el por qué. Cuando tú te planteas hacer un chiste, si te salen positivas esas cinco preguntas vas bien encaminado. Por ejemplo, ahora podría hacerse un chiste sobre la peste negra porque nadie va a decir que un antepasado suyo murió de peste negra y eso es una falta de respeto. A lo mejor hacer ciertos chistes sobre cosas de actualidad están fuera de lugar, nosotros eso no lo haríamos. Pero en el fondo -cintando a Adanti, otro de nuestros compañeros- el humor no hace daño, el humor no es el que mata, el humor es el que te ayuda a sobrevivir. 
 
- F.R.: Hay un episodio curioso en pleno bombardeo de Dresde. Cuentan que la gente estaba tan asustada que la única manera que tuvieron de soportar el miedo fue con humor. Y esto, aunque parezca mentira, puede haber pasado incluso en un campo de concentración. Sin embargo, ver humor hecho por un nazi en contra de un judío es patético. Pero si se hace desde la resistencia es diferente, porque te ríes del nazi.
 
- B.M.: Sí, a mí me ha parecido muy interesante el decálogo del humor que hay en vuestro libro. En él concluís que lo más importante es la posición del humorista respecto de aquello de lo que se ríe. Si tú tienes una posición inferior y te ríes de alguien superior eres valiente, pero si tú te ríes de alguien inferior a tí eres cobarde.
 
- F.R.: Así es. Si te ríes de alguien inferior a tí eres un hijo de puta.
 
- B.M.: Una curiosidad, ¿por qué elegísteis el formato periódico y no el de revista para vuestra publicación mensual?
 
- F.R.: Porque venimos de periódicos y nos gustaba muchísimo la idea de hacer un antiperiódico. Mongolia tiene formato de periódico y buscábamos ese "click" que te hace en la cabeza al ver un diario de información general con un título que dice "El rey podría violarte". Es muy diferente hacer eso a que un tipo te dibuje al rey violando a todos los españoles. Nos gustaba mucho la idea de utilizar el mismo lenguaje crudo de la información, de los medios de prensa en los que hemos trabajado.
 
Desde Trabalibros agradecemos al Colectivo Mongolia y en especial a Eduardo Bravo y Fernando Rapus su tiempo y su amabilidad al contestar a nuestras preguntas. Agradecemos también al Hotel Astoria de Valencia el haber cedido un espacio para hacer posible esta conversación.
El libro rojo de Mongolia (Colectivo Mongolia)-Trabalibros Trabalibros entrevista al Colectivo Mongolia (11) Hotel Astoria Valencia-Trabalibros
subir