El Nuevo Periodismo (Tom Wolfe)-Trabalibros
El Nuevo Periodismo
Ficha técnica:
Autor: Tom Wolfe
Editorial: Anagrama
ISBN: 978-84-339-7697-0
Número de páginas: 216
Género: Ensayo (varios)
Valoración:

"Dejemos que el caos reine... Más alta la música, más vino... Al diablo con las categorías... El travesaño superior es del primero que se agarre a él. Todas las viejas tradiciones han quedado exhaustas, y ninguna nueva se ha afirmado todavía. ¡Se anulan todas las apuestas! ¡Desaparecen las desigualdades! ¡El baile está abierto a todos!... ¡Todos los caballos están dopados! ¡La pista es de vidrio!... Y de tan glorioso caos puede surgir, de la fuente más inesperada, de la forma más inesperada, algunos nuevos y gruesos y bonitos Cohetes Titulares Periodísticos que inflamarán el cielo".

En los años 40 y 50 los reporteros americanos, los "especialistas en reportajes", es decir, en artículos que caían fuera de la categoría de noticias propiamente dichas y que dejaban cierto margen para escribir, compartían un rasgo común todos ellos y era que consideraban su paso por el periodismo como una etapa necesaria hacia la escritura de verdad, la seria, la que les llevaría hacia una auténtica carrera literaria. Un tiempo como periodistas les haría "acumular experiencia, conocer mundo y tal vez pulir algo del amaneramiento de su estilo". Las rentas acumuladas durante este tiempo las usarían posteriormente en su búsqueda de "la novela", que era su verdadero objetivo. Estos aspirantes a novelistas dejaban su empleo en el periódico, se mudaban a una cabaña aislada y trabajaban día y noche hasta conseguir su ansiada novela. Escribir una novela en aquellos momentos en los Estados Unidos formaba parte del sueño americano. La novela era más que un género literario, era un fenómeno psicológico situado "en algún sitio entre narcisismo y obsesiones neuróticas". Por aquel entonces la gente que le rendía pleitesía a la novela se reunía todos los domingos por la tarde en la White Horse Tavern, en Hudson Street, en Nueva York. Allí acudían Mailer, Baldwin, Stiron, Willingham. El "periodista literario" o jugaba en la primera división de la literatura o no dejaba de ser nunca un simple plumilla de redacción.

Pero algo empezó a cambiar a principio de los años 60. Algo que revolucionó las normas periodísticas vigentes en aquel momento y que en tan solo una década destronaría a la novela como máximo exponente literario. Los reportajes empezaron a tener una dimensión estética, adoptando el tono y el clima de otros géneros literarios. Nacía el "Nuevo Periodismo". Un grupo de periodistas estaba haciendo posible que el periodismo "se leyera igual que una novela". Entre ellos destacaban Jimmy Breslin del New York Herald Tribune y Gay Talese del Esquire. El reportero llegaba al escenario de la noticia, recogía material ambiental, creaba personajes y acumulaba con profusión detalles de tipo "novelístico", demostrando que se podía ser muy fiel a la realidad usando técnicas propias de la novela, el cuento o el relato y que en una crónica periodística se podía recurrir a cualquier artificio literario y al uso simultáneo de muchos géneros diferentes a fin de provocar en el lector respuestas tanto intelectuales como emocionales.

Se trataba de "crear la ilusión de ver la acción a través de la mirada de alguien que se halla realmente en el escenario y forma parte de él, más que de hablar como un narrador periodístico habitual". El objetivo era doble: por una parte ofrecer una descripción objetiva completa y por otra dar algo más que sólo la ficción hasta ahora daba, a saber, la vida subjetiva y sentimental de los personajes. Ello era posible gracias a una recogida de material masiva y minuciosa, materiales que luego se elaboraban usando escenas completas ("La unidad fundamental del trabajo no es ya el dato, la pieza de información, sino la escena"), diálogos realistas que situaban al personaje con rapidez y eficacia, puntos de vista en tercera persona, elaboradas relaciones de gestos cotidianos, hábitos, modales, costumbres, etc., que permitían mostrar el "estatus de la vida de las personas", incluso era frecuente el uso de los monólogos interiores.

En los Estados Unidos de los años 60 hubo grandes cambios en lo que se refiere a costumbres éticas, modos de vida, actitudes hacia el mundo y a este grandísimo espectáculo los novelistas le dieron la espalda por negligencia, dejando un inmenso espacio vacío en las letras americanas, "un hueco lo bastante grande como para cobijar a un juguete tan desgarbado como el Nuevo Periodismo". La súbita aparición de este nuevo estilo periodístico sin raíces, sin tradición, sin escuelas, sin credo, sin manifiestos, provocó una gran inquietud en la comunidad literaria. Novelistas, ensayistas, críticos y demás hombres de letras vieron peligrar su posición en el escalafón literario. Unos periodistas sin ninguna credencial literaria empezaban a ganar respetabilidad como "creadores" y el género de la no ficción comenzaba su andadura como forma literaria seria. El nuevo género tomará un impulso arrollador tras la publicación por Truman Capote de "A sangre fría", obra a la que el mismo autor llamó "novela de no ficción" y que posteriormente fue llamada también novela periodística o novela documental.

Más allá de técnicas literarias y procedimientos de escritura, la cuestión de fondo del Nuevo Periodismo es la realidad y cómo atraparla. La posibilidad de tomarle el pulso a la vida palabra a palabra y mostrar al lector la existencia real de las personas. Para ello el "nuevo periodista" se convierte en un aparato receptor y su cabeza "barre la pantalla oscura como un rayo de radar", escarbando concienzudamente en el caos a la caza de los detalles que puedan envolver totalmente al lector.
Otros libros de este autor:

Todo un hombre

La palabra pintada

Ponche de ácido lisérgico

Lo que hay que tener

La izquierda exquisita

Tom Wolfe-Trabalibros
Ponche de ácido lisérgico (Tom Wolfe)-Trabalibros
La palabra pintada... (Tom Wolfe)-Trabalibros
La hoguera de las vanidades (Tom Wolfe)-Trabalibros
Otros libros relacionados:
Truman Capote con su célebre "A sangre fría" fue uno de los padres del Nuevo Periodismo, al igual que Tom Wolfe, Gay Talese y Jimmy Breslin.
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