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Aré lo que pude
Ficha técnica:
Autor: Daniel Fuentes Casado
Editorial: Editorial Nazarí
ISBN: 978-84-19427-31-1
Número de páginas: 110
Género: Poesía
Valoración:
Daniel Fuentes Casado inicia su "Aré lo que pude" llevando a su yaya Mercedes a la peana más sólida y alta en la que deberían estar todas las abuelas, pero esta es sola para Mercedes, para sus pagas a escondidas y sus galletas calientes, como el amor con el que protege a los suyos. Y del amor incondicional nos lleva al dolor de la ausencia física de quien al marcharse se llevó no solo lo suyo, sino también lo propio del amputado, que ya no se siente ni a sí mismo como ser vivo con capacidad de volver a nacer.

Y es que Fuentes Casado en este su segundo poemario (o, mejor dicho, almario de este Diógenes de las letras) se ha transformado conservando su esencia joven. Se ha transformado como los vinos en barrica: reposando el tiempo necesario para que el sabor se asiente y se puedan distinguir todos sus matices, esos que lo convierten en francotirador de fuego amigo, ese que daña desde la sonrisa de un verso explosivo contra sí mismo, porque él es de ofrecer la otra mejilla a cada lector silencioso, aunque ya no sienta la capacidad de volver a nacer.

En "Aré lo que pude" hay amor, ironía, pensamiento, dolor, sonrisas… Hay letras que evitan hacer daño contando hasta cien, con tiempo para crear palabras, versos, estrofas, con tiempo para crear rimas o sin necesitarlas para construir un camino que nos lleva de poema en poema como un viejo borracho va de tasca en tasca, buscando un trago más, que sería el último si no hubiera un Daniel a la puerta de cada taberna para ofrecerle un poema más, el último y pa casa… Pero no es el último, ni te vas pa casa.

Y como este segundo almario es eso, un depósito de almas, de las suyas, una por cada historia vivida, una por cada lector perdido entre sus páginas, una por cada vez que no pudo volver a nacer… no puede cerrar este viaje sin volver a sus orígenes, a los que duelen en el fondo de cada ausencia, de cada amputación. Y vuelve a sus yayos, esos a los que siempre echará de menos, porque al marcharse (siempre antes de tiempo, porque nunca es tiempo), se llevaron un poquito de él con ellos. Un poquito que es mucho menos de lo que dejaron en su alma. Pero ese poquito es de los que duele para siempre. Ese poquito son los surcos que remueven el alma en la que brotará una y otra vez una nueva vida, porque nunca perdemos la capacidad de volver a nacer.
Enviado por: Irene Muñoz Serrulla
Otros libros de este autor:
Daniel Fuentes Casado
El hombre analógico (Daniel Fuentes Casado)-Trabalibros
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